¿El crecimiento demográfico es el "elefante en la habitación" que demanda atención urgente?
-- Aaron Rodriguez, Tucson, AZ
Aunque tal proyección es improbable dado que las tasas de fecundidad tienden a disminuir a medida que los países se desarrollan y modernizan, la perspectiva de un planeta con decenas de miles de millones de personas en el es verdaderamente espantosa. El primer comentarista extensamente publicado sobre los impactos potenciales del crecimiento demográfico humano excesivo fue el inglés Tomás Malthus, cuyo "Un Ensayo Sobre el Principio de Población Humana" de 1798 vaticinó que la violencia, el genocidio, el tiempo desagradable, las epidemias de enfermedades y la pestilencia serían precursores al hambre generalizado en un mundo con demasiados humanos. "El poder de población es tan superior al poder de la tierra para producir subsistencia para el ser humano", escribió él, "que la muerte prematura debe en alguna forma u otra visitar la raza humana".
La historia ve a Malthus como un extremista y muchos afirmarían que, a pesar de que la población se ha hinchado unas siete veces más desde su día, hemos logrado hasta ahora esquivar una "catástrofe global Maltusiana", según la cual la población sencillamente sobrepasaría nuestra capacidad de alimentación. Sin embargo, un informe de 2007 de UNICEF indicó que 10,9 millones de niños menores de cinco años mueren cada año alrededor del mundo, con la desnutrición y otras enfermedades relacionados con el hambre responsables por el 60 por ciento de la tragedia. Y un estudio de 2009 de la Organización Mundial de la Salud y UNICEF encontró que unos 24.000 niños en países en desarrollo se morían cada día de causas evitables como la diarrea que resulta de la falta de acceso a agua limpia para beber y saneamiento.
El problema más obvio con siete mil millones de nosotros en el planeta es nuestro consumo derrochador de recursos naturales preciosos y el desecho y la contaminación engendrada en el proceso. Un estudio conjunto reciente por el Fondo Mundial de Fauna (WWF) y el Instituto Worldwatch encontró que los seres humanos ahora utilizan 20 por ciento más de recursos renovables que pueden ser reemplazados cada año. Y aunque muchos dirían que el cambio del clima ha eclipsado la superpoblación como el mayor problema del día, otros señalan en respuesta que las temperaturas atmosféricas no estarían creciendo tanto si no hubiese tantos de nosotros quemando hidrocarburos.
Se predice que la tendencia de los números de la población humana va a decaer alrededor del mundo dentro de unas generaciones. Esta llamada "transición demográfica" está ya en marcha en EEUU y otros países desarrollados donde las tasas de fecundidad han caído debido a bajas en la mortalidad infantil, más urbanización y acceso más amplio a los anticonceptivos. Dado que las tasas de fecundidad caen a medida que los países se desarrollan, y que los países menos desarrollados han comenzado a dar tremendas zancadas en su urbanización y adopción de tecnología, el Fondo de Población de las Naciones Unidas predice que población puede alcanzar su punto máximo a fines del siglo XXI y a partir de ese punto comenzar a encogerse.
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